Ringo llegaba al hotel, igual de cansado que sus demás compañeros fueron
horas y horas de ensayos los cuales terminaron por dejarlo hecho un completo
desastre, se bajó del automóvil prácticamente de rodillas dado a que las pies
ya no le aguantaban el peso. Quien pagó el taxi de regreso fue John. Mientras
que Starkey se quedaba tendido en el piso estilo muerto en estado de calle John
se tumbó a su izquierda quitándose los zapatos. Después sacó de su saco una
cajetilla de cigarros uno de los cuales ofreció a Ringo.
-Maldito Epstein.-Dijo Ringo en cuanto le dio la primer bocanada al
cigarro, estaba seguro que eso le caería bien.- Se aprovecha porque es el
manager, pero algún día, algún día.
-Pues sigue soñando Ritchie.-John le dio un ligero puntapié en el tobillo.-Esto
va para largo, será mejor que subamos y descansemos un poco, el trabajo pesado
está en la noche.
Ringo dejó escapar una fuerte bocanada de aire se puso en pie con ayuda de
John, como el día estaba bastante helado se metió las manos a las bolsas de la
gabardina que apenas atajaba el frío.
Subieron con lentitud a la habitación compartida dejándose caer sin ningún
reparo en las camas individuales, pero sumamente blandas lo que les permitió
quedarse profundamente dormidos apenas sus rostros tocaron las almohadas.
®®®®
George fue el último en llegar a duras penas pudo escaparse de la
fastidiosa de Pattie, en cuanto vio como Lu salió despavorida del camerino se
vistió lo más rápido que pudo para seguirla. Pero tuvo la mala suerte de que
apenas la pelirroja salía Pattie entraba con la intención de que fuese con ella
a un evento de modas que se celebraba en uno de los canales de la misma
emisora, George sin embargo no se encontraba de buen humor como para acompañar
a la caprichosa de su novia, mucho menos a ir a esas pasarelas que tanto le
caían mal.
La negativa de George para con Pattie provocó una fuerte discusión de ahí George
aprovechó para hacerse el enfadado saliendo de su camerino. Poco le importó que
dentro del inmueble dejó a su novia completamente deshecha en llanto la verdad
es que lo que pasara con Pattie lo tenía muy sin cuidado, por él que hiciera lo
que mejor le pareciera.
El cansancio no había hecho tantos estragos, él fue el único que pudo
conciliar el sueño durante la noche anterior, por lo que podía darse el lujo de
buscar a Lucy por todo el hotel si era necesario, comenzó donde sería más obvio
en su habitación pero se topó con la sorpresa de que esta se encontraba vacía.
Se dio una oportunidad para echar un vistazo, estaba decorada muy estilo
habitación para un par de chicas en los buró solo había regada ropa interior,
un par de panties, sostenes, medias, zapatos por aquí y por allá lo mismo que
con la ropa.
Fue recogiendo todo lo que se quedó tirado en la cama de Lucy, la de la
santurrona con quien Paul soñaba despierto, no le interesaba ni un comino para
ser sincero consigo mismo esa chica no le caía nada bien; siguiendo a lo suyo,
continuó guardando las cosas de Lu hasta topar con una caja de zapatos que
estaba entre abierta. La curiosidad pudo más que él, dejó lo que estaba
guardando en el centro de la cama matrimonial, se hincó sacando de debajo de la
cama aquella caja, que contenía lo que sería el primer intento de libro por
parte de Lucy.
Eran 150 hojas escritas a máquina perfectamente ordenadas y guardadas, se
acomodó en la cama comenzando por la portada.
‘’Pídeme lo que quieras’’
Megan Maxwell
¿Megan Maxwell? ¿Qué no era Lucy Stanley? George arqueó una ceja, algo
extrañado, siendo que la extrañez se fue rápidamente, pasó la hoja de la
portada comenzando a leer con cierto interés la primera página, luego la
segunda, la tercera y el resultado fue que terminó de leer esas 150 hojas en
menos de media hora si Lucy publicaba eso seguro que tendría éxito como
escritora, se quedó completamente mudo de la impresión con el escrito en sus
manos, George jamás tuvo la oportunidad de leer un libro erótico pero ese, ese
pintaba de maravilla.
Por un pequeño momento al relación de Judith con Eric le pareció que
pintaba ser la misma que la de él con Lucy, momentos cortos sin embargo le
parecía que destellaban ciertas circunstancias parecidas en el instante en que
congenió con Stanley. Volvió a ordenar las hojas tal como las encontró minutos
antes, volviendo a colocar la caja de bajo de la cama en la misma posición.
Justo en el momento en que se disponía para ponerse en pie Lucy entró a la
habitación.
Apenas vio a George apoyado en el colchón se le fue el color de la cara,
corrió sin pensarlo hasta donde tenía la caja según ella ‘’escondida’’.
-¿Qué haces aquí?
Le empujó sin importarle
absolutamente nada tomando la caja de ahí. George se limitó a seguirla con la
mirada.
-Te pregunté que haces aquí, no se supone que deberías estar en la
televisora.
George se puso en pie caminando directo a ella, Lucy terminaba de poner la
caja en uno de los closet, cuando sintió un par de manos apretarle el vientre.
-Quiero hablar contigo.
-Pues tarde.-Lucy seguía ordenando lo que dejó tirado por la mañana,
también buscaba alguna nota o algo que le indicase en donde demonios se
metieron las demás.-Todo lo dijiste en el camerino y como verás no soy la puta
de nadie, así que vete buscando otra porque renuncio.
George perdía poco a poco la paciencia comprendía que la chica era una
adolescente loca, con él le importaba un carajo si era adolescente o bien anciana. Le tomó del antebrazo sacándola
a forcejeos de la habitación y encerrándola en otra. Lucy una vez dentro reunió
todas las fuerzas que pudo para quitárselo de encima e intentar salir, pero
George otra vez era violento le tomó por los hombros lanzándola al colchón.
-¡¿Qué JODIDOS TE PASA!?-Lucy intentaba incorporarse sin importar, que
ahora tuviese todo el peso corporal de George encima impidiéndole moverse.-¡HE
DICHO QUE ME DEJES!
-¡Y YO QUE TE CALMES CARAJO!-George colocó sus muñecas a la altura de su
cabeza, lo que le permitió sentir un
poquito de cerca su respiración entrecortada por las fatigaciones de los
forcejeos.-Te dije que quiero hablar contigo de lo que pasó en la televisora, apenas saliste sin
darme tiempo de nada.
-Pues a que querías que me quedara.-Lucy se tranquilizó lo que le permitió
a George soltarla, eso sí poco a poco y con demasiada cautela, no fuera a ser que fuese una traicionera que le gustaba
dar golpes bajos.-Claramente me diste a entender que solo te importa saciar tus
pasiones, y después te cansas, yo no estoy dispuesta a pasar por eso, mejor
pinto mi raya y como ya te dije te vas buscando otra que te sirva de puta.
George se pasó la mano por la cara, era demasiado terca y testaruda sería
difícil hacerla entrar en razón pero no imposible.
-Ya no amo a Pattie.
Con eso Lucy tuvo para quedarse congelada en su mismo sitio ¿A dónde
demonios quería llegar? Maldita sea si no le hubiese dado entrada en el tren
quizás hoy no estaría encerrada a George en una habitación que a saber de quién
era; lo que era peor es que el maldito se estaba creyendo su dueño y eso no se
lo permitía no a Troy, pero con él era diferente…muy diferente.
Pronto recobró la compostura, si para sus dentros estaba celebrando el que
George según ya no amara a esa bruja nada le estaba seguro que dejaría a Pattie
por ella.
-¿Y eso a mí que?
Otra vez a lo mismo ¿Cuántas veces tendría que decírselo? George estaba
desesperándose, pero todavía pensó que quizás si le daba una pista, solo una
más Lucy comprendería de que estaba hablándole.
-Pienso romper con Pattie.-George suspiró se sentía ridículo; él que tantas
veces se burló de Paul, Stu y de John, ahora estaba en las mismas.-Creo que me
enamoré de otra chica.
Lucy sintió justo en ese momento como el aire empezaba a faltarle, comenzó
a respirar más fuerte ¿Enamorado de otra? ¿Y la miraba tan fijamente que creía
que el corazón se le saldría en cualquier momento del pecho eso era normal?
George pensó que al mal paso darle prisa, sin perder el tiempo estampó sus
delgados y rosados labios contra los de Lucy solo que esta vez sin calentura de
por medio. Lucy comenzó a sentirse un poco liviana, dejó de lado los nervios,
el estrés de pensar ¿Qué pasaría una vez que se dieran cuenta? En fin, ese
momento era solo para ella, y punto. Tenía toda la tarde el segundo show sería
alrededor de las siete de la noche y apenas eran las doce del día. Como era
mejor dicho apenas comenzaban.
®®®®
Ringo caminaba distraídamente por los pasillos del hotel, la verdad es que
el sueño se le espantó repentinamente sin saber ni cómo ni por qué, pero apenas
pasaron diez minutos se encontraba cerrando con cuidado la puerta de la
habitación, pues el que si estaba profundamente dormido era John no quería despertarlo. Se colocó bien la
bufanda para evitarse un resfriado durante el show no les dejarían actuar con
ropa cobijada por lo que tendría que acostumbrarse.
Paró la caminata en uno de los pasillos que daban a la alberca encendiendo
un cigarrillo, solo que para su mala suerte olvidó el encendedor en el cuarto,
una chica pasó por lado y bueno ¿Qué perdía con preguntarle si llevaba consigo
algún encendedor?
En cuanto la muchacha le dio la cara, Ringo se quedó de piedra era
bonita…muy bonita, demasiado si quería ponerle más adjetivos. Se acercó
sonriente a él con una libreta y bolígrafo en mano entonces la emoción cedió
paso al pánico, mientras la chica se le acercaba Ringo retrocedía buscando
desesperadamente con la vista algún hueco para escaparse.
De algo podía apostar era que dé tras de esa seguro vendrían mas
atolondradas dispuestas a hacerlo Ringo a la puré.
-No te preocupes.-Ringo se quedó quieto mas no se calmó del todo.-Te
aseguro que vengo sola ¿Me podrías firmar la libreta?
Ringo se tuvo que tragar los nervios, pero sin quitarse el cigarrillo de la
boca. Tomó el bolígrafo de la chica y la libreta para empezar a firmar:
‘’Para Maureen Cox con cariño
Richard Starkey ‘’Ringo Starr’’
Ringo el devolvió la libreta a la muchacha permitiéndose observarla un poco
más, se veía joven de unos 17 a 19 años, no muy alta, de rostro redondo, ojos
obscuros, tenia bonitos labios y el cabello castaño obscuro le caía ligeramente
por la cara.
-¿Te hospedas aquí?-Cuestionó Ringo sin poder evitarlo, quería saber al
menos que estaban en el mismo lugar.
-Sí, de hecho vengo con mamá y papá, ellos no están se fueron a un desayuno
yo quise quedarme me aburro mucho con ellos. ¿Y ustedes cuanto tiempo se
quedarán?
-Mas tardar uno o dos días más dependiendo de la compra de boletos, se están vendiendo como pan caliento, claro que sin exagerar.
-Mas tardar uno o dos días más dependiendo de la compra de boletos, se están vendiendo como pan caliento, claro que sin exagerar.
-¿Debe ser divertido no? Hacer lo que te gusta y que encima te paguen bien
por ello.
Ahí fue donde Ringo se quedó callado, no era la paga lo que le molestaba de
hecho estaba bastante bien, sino que era la molestia de tener tanto fotógrafo
encima todo el tiempo haciendo un sinfín de preguntas, especialmente a él,
George y Paul que eran los solteros del grupo.
-Pues si es un tanto divertido siempre que no haya conferencias de prensa.
-Comprendo, debe ser estresante que pregunten sobre tu vida privada. Oye,
Mañana hay otra fiesta en el bar del hotel ¿Quieres venir conmigo?
Ringo se quedó impresionado vaya con la chica, al menos era pues decidida.
Le gustaban ese tipo de chicas.
-¿Por qué no? ¿A que hora paso por ti?
-Sería mejor que nos viéramos allá, no me gustaría escuchar sermones.
-De acuerdo…
-Mo.-Maureen esbozó una radiante sonrisa exponiendo con ella unos dientes
perfectamente blancos.- Llámame Mo si quieres.
-Entonces nos vemos mañana Mo.
®®®®
Paul rodó los ojos ¿Hasta cuando dejaría de ser asediado por la señora
Asher y su hija? Francamente estaba cansado de jugar al señorito bien educado,
desde que Brian lo hizo acompañar a Jane en aquella velada en Londres no ha
parado la chica de molestarlo con telegramas cursis, Jane no era su tipo de
chica, él queria algo que lo quisiera por lo que era, mas no por lo que tenía
que era obviamente tras de lo que Asher iba.
Solo que era demasiado caballero para contestar una reintenté expresándole
una negativa, no le gustaba jugar de ese modo con los sentimientos de las
personas. Pero consideraba un capricho de la chica él no dejarlo en paz desde
que llegó a Gales el comportamiento de Jane era más el de una novia que el de
una simple ‘’amiga’’. Paul llegó a la conclusión de que tenía que ponerle a esa
pelirroja un hasta aquí.
Se fue a sentar en el banquito del peinador, cogió un cuaderno que George
dejó encima de este y un bolígrafo empezando a escribir unos cuantos renglones
donde le decía a Jane que por favor dejara de escribirle cartas, que no podía
corresponderle como ella quería y que con el tiempo llegaría el muchacho
adecuado, pero desafortunadamente él no era ese muchacho, así que sería mejor
marcar cada quien una cierta distancia, para que ella pudiese poner sus
pensamientos en claro y él seguir adelante con sus planes de músico.
Antes de firmar la nota arrancó la hoja del cuaderno alzándola hasta donde
su rostro y leyó en voz baja lo que escribió no sabía si de principio estaba
siendo grosero, por lo que él mismo se leía se notaba que era algo que bien
podía entrar entre lo recatado y decoroso, pero después le entraba el temor de
que Jane malinterpretara sus palabras y decidiera ir hasta Gales como
amenazaba, que era justo lo que menos
quería.
Puso la carta sobr el peinador nuevamente, titubeando otra vez al momento
de firmarla, estuvo a punto de arrugar la nota y echarla al cesto de la basura
para volver a empezar, hasta que vio a John entrar a su habitación, fue
entonces cuando McCartney se puso en pie, John le sabría decir si era educado o
no.
-Quiero que leas esto John.-Paul le pasó la nota guiándolo a la orilla de
la cama, John antes de leer lo miró como se mira a un demente, pero finalmente
se puso a leer.-¿Y bien?-Espetó Paul nervioso por saber el veredicto de
John.-¿Es o no educada? ¿Crees que debo escribir otra para que deje de
molestarme? ¿La mando así?
John no terminó de escuchar a Paul cuando se dejó caer hacia atrás con el
estomago a nada de reventarle de pura risa, ese McCartney siempre tan bien
educado, por una vez en su vida tenía que ser un poquito agresivo. Jugar al
nene bueno no siempre acarreaba buenas consecuencias.
-¿Sinceramente quieres que te dé mi opinión Paul?-John alzó la nota
mientras McCartney asentía vigorosamente.-Pues bien, siéntate en ese jodido
banco, toma de una vez el bolígrafo, firma la nota y mándala.
-Lo que trato es de no herir a Jane, y tu no em ayudas Johnny, creo que
deberé escribir una nueva.
-Ese es su problema precisamente señorito McCartney.-John hizo nuevamente
esa voz chillona que a Paul le encajquecaba tanto, pero a la vez le divertía.
-¿Según tu que debo hacer?
-Marcarle lo que piensas, esa nota lo dice todo justamente, como lo tome
ella, no debería importarte. Y hablando de otras cosas. Un pajarito me dijo que
esta mañana te viste con una carita de ojos azules.
Nada más recordar lo de en la mañana Paul fue incapaz de evitar una enorme
sonrisa, si recordar a Jane le provocaba fastidio a la par que enojo, recordar
a Dominique le cambiaba completamente el panorama era un estúpido enamorado
platónicamente de una chica que a legua se notaba no lo toleraba ni tantito.
-Ahora que.-John le aventó con la almohada, Paul dejó que le pegara no
tenía ganas de jugar a los almohadazos.-¿Qué mosco te ha picado cara de nena?
-No me soporta.-Paul sacó de su chaqueta una caja de cigarrillos, e los
cuales no dudó en encender uno.
-¿Cómo está eso?-John se interesaba en el tema, así que se acomodó en la
cama.
-Pues sí, así como lo oyes ella no me soporta, procura ser agradable
conmigo cuando me la topo y todo pero, a decir verdad creo que le caigo mal.
-¿Qué te hace pensar eso Paulie?
-Por cómo me habla, es un poco tosca en su modo, pero creo bueno puedo
tener un chance con ella.
-Pues invítala no sé, a salir, a bailar, a cenar, acércate un poco, trátala
antes de hacer algo.
Paul asintió un tanto más reconfortado, no podía darse por vencido sin
luchar claro estaba, todo era como Dominique lo aceptara y las cosas salían
perfectas, algo que tenían a favor es que era hija del dueño de la Palarmone
eso podía ayudar a algo.
-¿Tu que tal pintas con Valencia? ¿Te ha dado noticias de Cyn?
John sacó de su chaqueta un sobre amarillo que le dejó Brian antes de que
saliera de la televisora, contenía unas fotos sacadas con dias de anterioridad,
pero no importaba.
-Brian me dio este paquete con fotografías.-John se recogió el cabello
hacia atrás.-Estoy desesperándome Mcca.
-Pues lo tuyo es poco comparado con lo de ella Johnny, espera un poco, ya
Valencia no tarda en darte más noticias.
John caminó sobre el colchón brincando al suelo, dio unas cuantas vueltas
alrededor de la alfombra y luego volvió a recostarse con las manos puestas en
los ojos.
-Ya lo sé, sé que le hice daño y quiero enmendar mis errores, pero es que
si no hablo con ella no voy a poder, y a la vez tengo miedo de que vuelva a
huir nuevamente ¿Te das cuenta Paul? Eché a perder todo por culpa de una
mugrosa calentura de dos meses.
-Todo se va a calmar.-Paul le dio unas cuantas palmadas en la espalda, se
notaba que esta vez el cambio de John iba en serio, ya no era el mismo idiota
de antes.-Solo necesitas paciencia, si ya la tuviste un año ocho meses, ¿Qué te
cuesta esperar un poco más?
John sonrió amargamente, quizás y Paul tenía razón nada ganaba con
estresarse al contrario, sentía que todo eso recaía en sus nervios los cuales
estaban ya bastante atrofiados sería mejor esperar nuevas noticias, Pronto
terminaría la gira inglesa y ellos tendrían unas vacaciones con un periodo de
cuatro meses él ya tenía ocupados esos cuatro meses de inactividad.