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jueves, 9 de enero de 2014

¿Que qué quiero?..Quiero todo contigo



Ringo llegaba al hotel, igual de cansado que sus demás compañeros fueron horas y horas de ensayos los cuales terminaron por dejarlo hecho un completo desastre, se bajó del automóvil prácticamente de rodillas dado a que las pies ya no le aguantaban el peso. Quien pagó el taxi de regreso fue John. Mientras que Starkey se quedaba tendido en el piso estilo muerto en estado de calle John se tumbó a su izquierda quitándose los zapatos. Después sacó de su saco una cajetilla de cigarros uno de los cuales ofreció a Ringo.
-Maldito Epstein.-Dijo Ringo en cuanto le dio la primer bocanada al cigarro, estaba seguro que eso le caería bien.- Se aprovecha porque es el manager, pero algún día, algún día.
-Pues sigue soñando Ritchie.-John le dio un ligero puntapié en el tobillo.-Esto va para largo, será mejor que subamos y descansemos un poco, el trabajo pesado está en la noche.
Ringo dejó escapar una fuerte bocanada de aire se puso en pie con ayuda de John, como el día estaba bastante helado se metió las manos a las bolsas de la gabardina que apenas atajaba el frío.
Subieron con lentitud a la habitación compartida dejándose caer sin ningún reparo en las camas individuales, pero sumamente blandas lo que les permitió quedarse profundamente dormidos apenas sus rostros tocaron las almohadas.
®®®®
George fue el último en llegar a duras penas pudo escaparse de la fastidiosa de Pattie, en cuanto vio como Lu salió despavorida del camerino se vistió lo más rápido que pudo para seguirla. Pero tuvo la mala suerte de que apenas la pelirroja salía Pattie entraba con la intención de que fuese con ella a un evento de modas que se celebraba en uno de los canales de la misma emisora, George sin embargo no se encontraba de buen humor como para acompañar a la caprichosa de su novia, mucho menos a ir a esas pasarelas que tanto le caían mal.
La negativa de George para con Pattie provocó una fuerte discusión de ahí George aprovechó para hacerse el enfadado saliendo de su camerino. Poco le importó que dentro del inmueble dejó a su novia completamente deshecha en llanto la verdad es que lo que pasara con Pattie lo tenía muy sin cuidado, por él que hiciera lo que mejor le pareciera.
El cansancio no había hecho tantos estragos, él fue el único que pudo conciliar el sueño durante la noche anterior, por lo que podía darse el lujo de buscar a Lucy por todo el hotel si era necesario, comenzó donde sería más obvio en su habitación pero se topó con la sorpresa de que esta se encontraba vacía.
Se dio una oportunidad para echar un vistazo, estaba decorada muy estilo habitación para un par de chicas en los buró solo había regada ropa interior, un par de panties, sostenes, medias, zapatos por aquí y por allá lo mismo que con la ropa.
Fue recogiendo todo lo que se quedó tirado en la cama de Lucy, la de la santurrona con quien Paul soñaba despierto, no le interesaba ni un comino para ser sincero consigo mismo esa chica no le caía nada bien; siguiendo a lo suyo, continuó guardando las cosas de Lu hasta topar con una caja de zapatos que estaba entre abierta. La curiosidad pudo más que él, dejó lo que estaba guardando en el centro de la cama matrimonial, se hincó sacando de debajo de la cama aquella caja, que contenía lo que sería el primer intento de libro por parte de Lucy.
Eran 150 hojas escritas a máquina perfectamente ordenadas y guardadas, se acomodó en la cama comenzando por la portada.
‘’Pídeme lo que quieras’’
Megan Maxwell
¿Megan Maxwell? ¿Qué no era Lucy Stanley? George arqueó una ceja, algo extrañado, siendo que la extrañez se fue rápidamente, pasó la hoja de la portada comenzando a leer con cierto interés la primera página, luego la segunda, la tercera y el resultado fue que terminó de leer esas 150 hojas en menos de media hora si Lucy publicaba eso seguro que tendría éxito como escritora, se quedó completamente mudo de la impresión con el escrito en sus manos, George jamás tuvo la oportunidad de leer un libro erótico pero ese, ese pintaba de maravilla.
Por un pequeño momento al relación de Judith con Eric le pareció que pintaba ser la misma que la de él con Lucy, momentos cortos sin embargo le parecía que destellaban ciertas circunstancias parecidas en el instante en que congenió con Stanley. Volvió a ordenar las hojas tal como las encontró minutos antes, volviendo a colocar la caja de bajo de la cama en la misma posición. Justo en el momento en que se disponía para ponerse en pie Lucy entró a la habitación.
Apenas vio a George apoyado en el colchón se le fue el color de la cara, corrió sin pensarlo hasta donde tenía la caja según ella ‘’escondida’’.
-¿Qué haces aquí?
Le  empujó sin importarle absolutamente nada tomando la caja de ahí. George se limitó a seguirla con la mirada.
-Te pregunté que haces aquí, no se supone que deberías estar en la televisora.
George se puso en pie caminando directo a ella, Lucy terminaba de poner la caja en uno de los closet, cuando sintió un par de manos apretarle el vientre.
-Quiero hablar contigo.
-Pues tarde.-Lucy seguía ordenando lo que dejó tirado por la mañana, también buscaba alguna nota o algo que le indicase en donde demonios se metieron las demás.-Todo lo dijiste en el camerino y como verás no soy la puta de nadie, así que vete buscando otra porque renuncio.
George perdía poco a poco la paciencia comprendía que la chica era una adolescente loca, con él le importaba un carajo si era adolescente o  bien anciana. Le tomó del antebrazo sacándola a forcejeos de la habitación y encerrándola en otra. Lucy una vez dentro reunió todas las fuerzas que pudo para quitárselo de encima e intentar salir, pero George otra vez era violento le tomó por los hombros lanzándola al colchón.
-¡¿Qué JODIDOS TE PASA!?-Lucy intentaba incorporarse sin importar, que ahora tuviese todo el peso corporal de George encima impidiéndole moverse.-¡HE DICHO QUE ME DEJES!
-¡Y YO QUE TE CALMES CARAJO!-George colocó sus muñecas a la altura de su cabeza, lo que le  permitió sentir un poquito de cerca su respiración entrecortada por las fatigaciones de los forcejeos.-Te dije que quiero hablar contigo de lo que  pasó en la televisora, apenas saliste sin darme tiempo de nada.
-Pues a que querías que me quedara.-Lucy se tranquilizó lo que le permitió a George soltarla, eso sí poco a poco y con demasiada cautela, no fuera a  ser que fuese una traicionera que le gustaba dar golpes bajos.-Claramente me diste a entender que solo te importa saciar tus pasiones, y después te cansas, yo no estoy dispuesta a pasar por eso, mejor pinto mi raya y como ya te dije te vas buscando otra que te sirva de puta.
George se pasó la mano por la cara, era demasiado terca y testaruda sería difícil hacerla entrar en razón pero no imposible.
-Ya no amo a Pattie.
Con eso Lucy tuvo para quedarse congelada en su mismo sitio ¿A dónde demonios quería llegar? Maldita sea si no le hubiese dado entrada en el tren quizás hoy no estaría encerrada a George en una habitación que a saber de quién era; lo que era peor es que el maldito se estaba creyendo su dueño y eso no se lo permitía no a Troy, pero con él era diferente…muy diferente.
Pronto recobró la compostura, si para sus dentros estaba celebrando el que George según ya no amara a esa bruja nada le estaba seguro que dejaría a Pattie por ella.
-¿Y eso a mí que?
Otra vez a lo mismo ¿Cuántas veces tendría que decírselo? George estaba desesperándose, pero todavía pensó que quizás si le daba una pista, solo una más Lucy comprendería de que estaba hablándole.
-Pienso romper con Pattie.-George suspiró se sentía ridículo; él que tantas veces se burló de Paul, Stu y de John, ahora estaba en las mismas.-Creo que me enamoré de otra chica.
Lucy sintió justo en ese momento como el aire empezaba a faltarle, comenzó a respirar más fuerte ¿Enamorado de otra? ¿Y la miraba tan fijamente que creía que el corazón se le saldría en cualquier momento del pecho eso era normal?
George pensó que al mal paso darle prisa, sin perder el tiempo estampó sus delgados y rosados labios contra los de Lucy solo que esta vez sin calentura de por medio. Lucy comenzó a sentirse un poco liviana, dejó de lado los nervios, el estrés de pensar ¿Qué pasaría una vez que se dieran cuenta? En fin, ese momento era solo para ella, y punto. Tenía toda la tarde el segundo show sería alrededor de las siete de la noche y apenas eran las doce del día. Como era mejor dicho apenas comenzaban.
®®®®
Ringo caminaba distraídamente por los pasillos del hotel, la verdad es que el sueño se le espantó repentinamente sin saber ni cómo ni por qué, pero apenas pasaron diez minutos se encontraba cerrando con cuidado la puerta de la habitación, pues el que si estaba profundamente dormido era John  no quería despertarlo. Se colocó bien la bufanda para evitarse un resfriado durante el show no les dejarían actuar con ropa cobijada por lo que tendría que acostumbrarse.
Paró la caminata en uno de los pasillos que daban a la alberca encendiendo un cigarrillo, solo que para su mala suerte olvidó el encendedor en el cuarto, una chica pasó por lado y bueno ¿Qué perdía con preguntarle si llevaba consigo algún encendedor?
En cuanto la muchacha le dio la cara, Ringo se quedó de piedra era bonita…muy bonita, demasiado si quería ponerle más adjetivos. Se acercó sonriente a él con una libreta y bolígrafo en mano entonces la emoción cedió paso al pánico, mientras la chica se le acercaba Ringo retrocedía buscando desesperadamente con la vista algún hueco para escaparse.
De algo podía apostar era que dé tras de esa seguro vendrían mas atolondradas dispuestas a hacerlo Ringo a la puré.
-No te preocupes.-Ringo se quedó quieto mas no se calmó del todo.-Te aseguro que vengo sola ¿Me podrías firmar la libreta?
Ringo se tuvo que tragar los nervios, pero sin quitarse el cigarrillo de la boca. Tomó el bolígrafo de la chica y la libreta para empezar a firmar:
‘’Para Maureen Cox con cariño
Richard Starkey ‘’Ringo Starr’’
Ringo el devolvió la libreta a la muchacha permitiéndose observarla un poco más, se veía joven de unos 17 a 19 años, no muy alta, de rostro redondo, ojos obscuros, tenia bonitos labios y el cabello castaño obscuro le caía ligeramente por la cara.
-¿Te hospedas aquí?-Cuestionó Ringo sin poder evitarlo, quería saber al menos que estaban en el mismo lugar.
-Sí, de hecho vengo con mamá y papá, ellos no están se fueron a un desayuno yo quise quedarme me aburro mucho con ellos. ¿Y ustedes cuanto tiempo se quedarán?
-Mas tardar uno o dos días más dependiendo de la compra de boletos, se están vendiendo como pan caliento, claro que sin exagerar.
-¿Debe ser divertido no? Hacer lo que te gusta y que encima te paguen bien por ello.
Ahí fue donde Ringo se quedó callado, no era la paga lo que le molestaba de hecho estaba bastante bien, sino que era la molestia de tener tanto fotógrafo encima todo el tiempo haciendo un sinfín de preguntas, especialmente a él, George y Paul que eran los solteros del grupo.
-Pues si es un tanto divertido siempre que no haya conferencias de prensa.
-Comprendo, debe ser estresante que pregunten sobre tu vida privada. Oye, Mañana hay otra fiesta en el bar del hotel ¿Quieres venir conmigo?
Ringo se quedó impresionado vaya con la chica, al menos era pues decidida. Le gustaban ese tipo de chicas.
-¿Por qué no? ¿A que hora paso por ti?
-Sería mejor que nos viéramos allá, no me gustaría escuchar sermones.
-De acuerdo…
-Mo.-Maureen esbozó una radiante sonrisa exponiendo con ella unos dientes perfectamente blancos.- Llámame Mo si quieres.
-Entonces nos vemos mañana Mo.
®®®®
Paul rodó los ojos ¿Hasta cuando dejaría de ser asediado por la señora Asher y su hija? Francamente estaba cansado de jugar al señorito bien educado, desde que Brian lo hizo acompañar a Jane en aquella velada en Londres no ha parado la chica de molestarlo con telegramas cursis, Jane no era su tipo de chica, él queria algo que lo quisiera por lo que era, mas no por lo que tenía que era obviamente tras de lo que Asher iba.
Solo que era demasiado caballero para contestar una reintenté expresándole una negativa, no le gustaba jugar de ese modo con los sentimientos de las personas. Pero consideraba un capricho de la chica él no dejarlo en paz desde que llegó a Gales el comportamiento de Jane era más el de una novia que el de una simple ‘’amiga’’. Paul llegó a la conclusión de que tenía que ponerle a esa pelirroja un hasta aquí.
Se fue a sentar en el banquito del peinador, cogió un cuaderno que George dejó encima de este y un bolígrafo empezando a escribir unos cuantos renglones donde le decía a Jane que por favor dejara de escribirle cartas, que no podía corresponderle como ella quería y que con el tiempo llegaría el muchacho adecuado, pero desafortunadamente él no era ese muchacho, así que sería mejor marcar cada quien una cierta distancia, para que ella pudiese poner sus pensamientos en claro y él seguir adelante con sus planes de músico.
Antes de firmar la nota arrancó la hoja del cuaderno alzándola hasta donde su rostro y leyó en voz baja lo que escribió no sabía si de principio estaba siendo grosero, por lo que él mismo se leía se notaba que era algo que bien podía entrar entre lo recatado y decoroso, pero después le entraba el temor de que Jane malinterpretara sus palabras y decidiera ir hasta Gales como amenazaba, que  era justo lo que menos quería.
Puso la carta sobr el peinador nuevamente, titubeando otra vez al momento de firmarla, estuvo a punto de arrugar la nota y echarla al cesto de la basura para volver a empezar, hasta que vio a John entrar a su habitación, fue entonces cuando McCartney se puso en pie, John le sabría decir si era educado o no.
-Quiero que leas esto John.-Paul le pasó la nota guiándolo a la orilla de la cama, John antes de leer lo miró como se mira a un demente, pero finalmente se puso a leer.-¿Y bien?-Espetó Paul nervioso por saber el veredicto de John.-¿Es o no educada? ¿Crees que debo escribir otra para que deje de molestarme? ¿La mando así?
John no terminó de escuchar a Paul cuando se dejó caer hacia atrás con el estomago a nada de reventarle de pura risa, ese McCartney siempre tan bien educado, por una vez en su vida tenía que ser un poquito agresivo. Jugar al nene bueno no siempre acarreaba buenas consecuencias.
-¿Sinceramente quieres que te dé mi opinión Paul?-John alzó la nota mientras McCartney asentía vigorosamente.-Pues bien, siéntate en ese jodido banco, toma de una vez el bolígrafo, firma la nota y mándala.
-Lo que trato es de no herir a Jane, y tu no em ayudas Johnny, creo que deberé escribir una nueva.
-Ese es su problema precisamente señorito McCartney.-John hizo nuevamente esa voz chillona que a Paul le encajquecaba tanto, pero a la vez le divertía.
-¿Según tu que debo hacer?
-Marcarle lo que piensas, esa nota lo dice todo justamente, como lo tome ella, no debería importarte. Y hablando de otras cosas. Un pajarito me dijo que esta mañana te viste con una carita de ojos azules.
Nada más recordar lo de en la mañana Paul fue incapaz de evitar una enorme sonrisa, si recordar a Jane le provocaba fastidio a la par que enojo, recordar a Dominique le cambiaba completamente el panorama era un estúpido enamorado platónicamente de una chica que a legua se notaba no lo toleraba ni tantito.
-Ahora que.-John le aventó con la almohada, Paul dejó que le pegara no tenía ganas de jugar a los almohadazos.-¿Qué mosco te ha picado cara de nena?
-No me soporta.-Paul sacó de su chaqueta una caja de cigarrillos, e los cuales no dudó en encender uno.
-¿Cómo está eso?-John se interesaba en el tema, así que se acomodó en la cama.
-Pues sí, así como lo oyes ella no me soporta, procura ser agradable conmigo cuando me la topo y todo pero, a decir verdad creo que le caigo mal.
-¿Qué te hace pensar eso Paulie?
-Por cómo me habla, es un poco tosca en su modo, pero creo bueno puedo tener un chance con ella.
-Pues invítala no sé, a salir, a bailar, a cenar, acércate un poco, trátala antes de hacer algo.
Paul asintió un tanto más reconfortado, no podía darse por vencido sin luchar claro estaba, todo era como Dominique lo aceptara y las cosas salían perfectas, algo que tenían a favor es que era hija del dueño de la Palarmone eso podía ayudar a algo.
-¿Tu que tal pintas con Valencia? ¿Te ha dado noticias de Cyn?
John sacó de su chaqueta un sobre amarillo que le dejó Brian antes de que saliera de la televisora, contenía unas fotos sacadas con dias de anterioridad, pero no importaba.
-Brian me dio este paquete con fotografías.-John se recogió el cabello hacia atrás.-Estoy desesperándome Mcca.
-Pues lo tuyo es poco comparado con lo de ella Johnny, espera un poco, ya Valencia no tarda en darte más noticias.
John caminó sobre el colchón brincando al suelo, dio unas cuantas vueltas alrededor de la alfombra y luego volvió a recostarse con las manos puestas en los ojos.
-Ya lo sé, sé que le hice daño y quiero enmendar mis errores, pero es que si no hablo con ella no voy a poder, y a la vez tengo miedo de que vuelva a huir nuevamente ¿Te das cuenta Paul? Eché a perder todo por culpa de una mugrosa calentura de dos meses.
-Todo se va a calmar.-Paul le dio unas cuantas palmadas en la espalda, se notaba que esta vez el cambio de John iba en serio, ya no era el mismo idiota de antes.-Solo necesitas paciencia, si ya la tuviste un año ocho meses, ¿Qué te cuesta esperar un poco más?
John sonrió amargamente, quizás y Paul tenía razón nada ganaba con estresarse al contrario, sentía que todo eso recaía en sus nervios los cuales estaban ya bastante atrofiados sería mejor esperar nuevas noticias, Pronto terminaría la gira inglesa y ellos tendrían unas vacaciones con un periodo de cuatro meses él ya tenía ocupados esos cuatro meses de inactividad.




martes, 5 de noviembre de 2013

Quieres jugar…vamos a jugar

Cynthia estaba pasándola de maravilla en aquella reunión, de hecho nunca le fue difícil congeniar con otras personas siempre se considero a sí misma una persona desinhibida; no le daba vergüenza el estar entre mucha gente al contrario, procuraba hacer que su presencia allí fuese amena, Se fijó en Julián y al parecer el niño también estaba disfrutando de esa pequeña reunión en brazos de Catalina, la hija menor de los Echavarría.
Mientras platicaba con un reducido grupo de personas, Cynthia miraba de reojo a la niña de vez en cuando cerciorándose de que Julián se comportara como era debido, en una de esas veces, dejó su copa de Borbón andando hacia la niña quien lucía encantada con Julián.
-¿no quieres que te ayude a cargarlo?-Preguntó Cynthia dispuesta  a quitarle al niño.
Sin embargo Catalina s había encariñado lo suficiente con Julián y se rehusaba a soltarlo.
-¡Para nada señora Powell!-Seguía entretenida jugando con las manos del bebé.-Es un bebuco encantador, cuando sea grande quiero tener uno así
El inocente comentario de Catalina provocó la risa en Cynthia, no cavia duda de que los niños eran inocentes, muy inocentes; accedió a dejárselo un rato mas, ella volvió a su grupo y Catalina buscó el control remoto para encender la televisión, apenas la encendió buscó el programa donde se transmitía un video de The Beatles Julián empezó a aplaudir constantemente y mientras aplaudía balbuceaba la palabra ‘’Daddy’’ Cynthia desde donde estaba alcanzó a escuchar al niño, que aunque para muchos de los que estaban ahí fue algo visto como tierno, a la madre se le fue la sangre hasta los talones ¿Cómo era posible que con unas solas veces en las que vio a su padre Julián supiese reconocerlo tan fácilmente?
Quizás se debía a los lazos de sangre o  simplemente se le ocurrió, pero el hecho es que Cynthia entró precisamente en pánico, sentía que el faltaba el aire y hasta que de la nada se iría a desvanecer; las piernas le fallaron para su buena suerte Matilde estaba junto con ella.
La misma Matilde y otras dos señoras más impidieron que fuese a dar al suelo llevándola a sentar a un sillón. Mientras tanto la anfitriona de la fiesta ordeno que le llevasen vainilla y algodón el cual lo puso en la nariz de Cynthia dándoselo a oler. Una vez más repuesta, Cynthia consideró prudente tomar a Julián e irse a su apartamento al menos hasta que se le pasaba el malestar. Matilde no la dejó irse sola, ella también tomo sus cosas marchándose junto con ella.
-¿Segura que ya se siente mejor Cynthia?-Cuestionó Matilde verdaderamente preocupada por el estado de salud de Cynthia.
Cynthia por su parte, se limitó a sonreír estaba agradecida por las atenciones de Matilde, y bueno las vecinas habían hecho lo que estaba en sus manos, ya sería cuestión de ir a ver a un medico mas tarde.
-Si.-Cynthia se llevó  una mano  al cabeza, todavía podía sentir ligeros mareos.-Creo que si descanso un poco, podré ir a un medico mas tarde.
Matilde le sobaba el hombro derecho, aun no sabía si contarle lo de la visita del agente Valencia o quedarse definitivamente callada, haciendo caso precisamente a las instrucciones del agente, sin embargo creyó que era preciso ponerla sobre aviso, quizás el famoso Lennon hubiese sido un marido golpeador, y por eso ella huía de él.
-Cynthia.-Matilde dejó a un lado la taza de café que estaba tomándose, sería mejor darla por enterada.-Esta tarde, vino a mi apartamento un oficial, es decir un agente.
Cynthia dejó también su taza dispuesta a escuchar con más atención a Matilde, aunque también volvieron con ello la zozobra y al preocupación por que John ahora estuviese buscándola en España.
-¿Y?-Cynthia estaba realmente interesada en el tema.-¿Qué le dijo ese agente Matilde?
-Tengo que preguntarle primero ¿A que le suena el nombre de Brian Epstein?
Justo en ese momento Cynthia volvió a sentir los mismos desfallecimientos que en la reunión, solo que esta vez no podía caerse.
-Está bien Matilde.-Cynthia pensó que de nada valía ya ocultar que ella era esposa de John Lennon.-Si, estoy casada, en realidad no huí porque mi marido me maltratara.-Luego rio amargamente.-Huí porque ya no aguanté sus infidelidades, pensé que el soportarle una mas era ya no quererme a mí misma, dejar que tanto él como sus amantes pasaran por encima de mí y lo que es peor, de mi hijo, de su propio hijo.
Matilde se quedó tranquila, pero a su vez un tanto incomoda, no pensó que el matrimonio de Cynthia Lennon fuese tan mal.
-Por lo poco que me dijo ese agente su esposo está realmente interesado en encontrarla.
-¿Para que?-Cynthia se puso de pie como su hubiese sido impulsada por un resorte.- ¿para que quiere John Lennon que vuelva a su lado cuando ya le he devuelto lo que le hacía tanta falta? ¿Qué es lo que quiere de mi? Ya no puedo darle nada porque no tengo que darle, todo cuanto tuve para él, él mismo se encargó de echarlo a perder, de echarlo al bote de la basura. Y si esta buscándome pierde su tiempo no pienso volver con él ni aunque mi vida y la de Julián dependiesen de eso.
Hubo silencio luego de que Cynthia explotara en contra de su marido, Matilde estaba realmente impactada ¿A tanto sería capaz de llegar Cynthia? ¿Tanto fue el daño hecho por su marido como para ya no querer volverlo a ver? Pues por lo que veía, si pero también de pronto se le vino a la mente el pequeño Julián, apenas era un bebé y como todo niño crecería y necesitaría de su padre eso es en lo que la señora Lennon no pensaba.
-Comprendo sus razones Cynthia, yo también escapé de un  matrimonio infeliz pero, yo nunca tuve hijos, la diferencia es que usted si.
Cynthia comprendía perfectamente a donde quería llegar Matilde, sin embargo los tiempos en que la mujer dependía totalmente del hombre estaban yéndose, ya muchas mujeres eran independientes, podían trabajar y hacerse cargo de sus familias, ella durante más de un año fue una de ellas; el resultado fue que hasta la fecha ya no se sentía capaz de volver a ser la esposa de John Lennon, pensaba que lo más conveniente era que si la estaba buscando ahora en España, ya no huir, dejar que la encontrara, y hablar a cerca del único tema que tenia relevancia para tratarlo con John: el divorcio.
-Matilde.-Cynthia habló firme.-Cuando ese agente vuelva a visitarla, avíseme, creo que ya es hora de dejar de esconderme, a parte no quiero seguir unida ya a mi marido.
-Como usted quiera Cynthia, es su decisión, solo espero que este pensando bien las cosas.
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Lucy llevaba bastante rato sentada frente a esa maldita máquina de escribir sin poder hacer que la imaginación llegase a ella, apenas tenía unos cuantos dias escribiendo aquella novela y simplemente a cada que tenía que describir una escena erótica, su mente se quedaba en blanco, la imaginación no llegaba hasta que ella tenía sexo con alguien y ese alguien estaba por demás decir que era Troy.
Para ser franca consigo misma, esta vez no tenía ganas del medio imbécil de su novio, sino de otra persona. Quizás George pudiese ayudar para que su imaginación volviese a ella, solamente que había un inconveniente: no lo vería hasta en la noche. Se  dio cuenta de que no le quedaba de otra más que darse por vencida, la dichosa inspiración por lo que veía no iba a llegar nunca, por lo que resignada se dispuso a meter la máquina de escribir en el estuche y guardarlo en el fondo del closet.
Miró su reloj de muñeca, apenas eran las siete y media las demás chicas estaban profundamente dormidas; solo ella se despertó temprano por que se le espantó el sueño y ¡auch! Maldito Harrison, estaba segura que se iba a cobrar esos golpes en su espalda, jamás tuvo idea de que al menor de los cuatro Beatles le encantaban las prácticas sadomasoquistas… ¡ya lo tenía! Si podía que el próximo capítulo fuese con prácticas de ese tipo y quien mejor que le cabron de Harrison; seguía atorada ¡el tipo estaría ensayando todo el maldito día! Ella lo necesitaba temprano. Por lo que decidida se metió a bañar y se puso encima lo primero que encontró, un vestido negro con estampado de bolitas blancas, le hacía verse mas blanca de lo que ya era, pero seguía gustándole, el cabello lo dejó suelto, no tenía tiempo para arreglarlo, solo aplicó perfume y salió no sin antes de escribir un mensaje a las chicas diciendo que fue a caminar.
Salió del hotel pidiendo un taxi para la televisora, mientras el taxi la llevaba del hotel a donde ella indicó se entretuvo viendo las calles poco pobladas de Gales, era una ciudad bonita, demasiado rustica para su gusto pero que dejaba un buen sabor de boca para vivir una aventura de amoríos y pasiones desenfrenadas, de solo pensar en George sentía como las hormonas se le alborotaban nuevamente sin poder hacer nada por controlarse a sí misma. El taxi llegó a su destino, Lucy tomó su bolso de mano pagando las 5 libras acordadas por el aventón.
Al entrar a la televisora el guardia le dio un gafete, de ahí comenzó a caminar sin rumbo fijo, se perdía entre bailarinas, músicos, preparadores de escena, camarógrafos, actores, en fin un gentío, parecía que todo Gales estaba dentro de esa televisora, estuvo a punto de darse por vencida de no haber sido porque dobló un pasillo y se encontró con dos maquillistas platicando.
-¿Ya has ido con los Beatles?-Lucy se acercó un poco más para escuchar mejor.
-Sí.-Respondió una morena bastante emocionada.-Son bastante atrevidos, en especial George.-Lucy apretó fuerte el puño derecho, o sea que no era la única ¡maldito bastardo!-Antes de salir, no le importó que su novia.-¡Pattie Boyd estaba en gales! Que perra suerte la suya.-Estuviese ahí mismo, y pum, me cogió un glúteo apretándolo fuerte, debo decir que me gustó.
-Eres una zorra Ellie.-Escupió la otra dándole un empujón.-Pero bueno, el es hombre,
-Y uno bastante atractivo diría yo, espero volvérmelo a topar; me ha dejado bastante…calientita.
Lucy salió de prisa de su escondite, ambas maquillista se le quedaron viendo con el signo de pregunta en la cara.
-¿Y tu?-Cuestionó la rubia de manera despectiva.- ¿Qué coño haces aquí? No se supone que debes estar en el camerino de los Beatles?-Luego rodó los ojos creyendo que era la nueva.- ¿eres nueva no? Ven, te voy a decir en donde está y pon mucha atención, me molestan las novatas idiotas
Lucy no dijo nada todo estaba saliendo a su favor, se dejo encaminar por la otra maquillista hasta llegar al famoso camerino que tenía una estrella, debajo de esta estaba la inscripción con el nombre del grupo, la maquillista abrió la puerta, al tiempo que encendía las luces Lucy se encandiló un poco, los resultados fueron que al momento de entrar tumbó un maniquí con la ropa de Ringo.
-¡Mas cuidado con esa ropa tonta!-La otra alcanzó a tomar el maniquí antes de que diese al piso.-Esto es seda italiana. Bien tu trabajo es este, debes tener el vestuario de los muchachos listo antes de que ellos lleguen ¿entiendes? Lo tuyo es organizarles el vestuario a los actores.
-Organizar vestuario, ya entendí.-Repitió Lucy fingiendo emoción, cuando todo lo que quería era echar a esa perra fuera de su vista.
La maquillista se quedó conforme, se dio la media vuelta cerrando la puerta tras de sí, no sin antes echarle a Lucy una última mirada amenazadora, esta contestó con una sonrisa cínica a lo que la maquillista se enojó prefiriendo salir del camerino.
Una vez sola, Lucy se puso a fisgonear, vaya que los chicos tenían varios lujos, toda una mini nevera hasta el tope con bebidas alcohólicas de la mejor calidad, estaban desde el bourbon, el whiskey y el coñac en primera fila, según sabia a George le encantaba el bourbon; también había vino tinto, según sabia que a John le gustaba este; a Paul el whiskey y Ringo prefería las bebidas combinadas, según sabia el vodka-naranja era su favorita.
Siguió con la ropa; no entendía aun porque había que organizarles el vestuario cuando todos sus trajes consistían en dos colores: negro y café, todos vestían igual, las tallas eran diferentes, John era el que tenía un poquito elevada la talla pero hasta ahí, continuó con los accesorios  ¡vaya que a los chicos les encantaba gastar! Bueno era uno de los beneficios de ser un beatle, Lucy alcanzó a escuchar voces, eran las de Paul y George inmediatamente se escondió en el closet, entró solamente George al camerino comenzando a desnudarse al parecer el primer show había terminado.
Lucy le observaba por una pequeña ranura que dejó para poder ver, estaba completamente desnudo George sin darse cuenta de que lo estaban mirando caminó desnudo al baño, Lucy pudo escuchar la regadera y los tarareos de su amante a todo lo que daban, si que estaba animado, debía ser porque su novia estaba en Gales. Era el momento preciso para darse una escapada, solo que justo cuando ella salía del closet, George vio que no habia toallas en el baño por lo que salió nuevamente en busca de una.
-¡Pero miren que guarden los camerinos eh!
Logró coger a Lucy del antebrazo pegándole demasiado a su cuerpo, Lucy aterrada intentaba zafarse de su agarre no fuera entrar su novia y entonces sí.
-Suéltame George.-Lucy seguía luchando con el beatle para que la soltara, sin embargo eso representaba para George un motivo más para querer seguir atrayéndola.-¡George nos van a ver!
-¿Y?-George le tomó de los cabellos dándole un beso a la fuerza, Lucy comenzaba a odiar seriamente que hiciese eso.-Que nos vean, estoy harto de tener que fingir que amo a pattie.
Lucy siguió luchando hasta que consiguió quitárselo de encima, ¿Cómo que fingir que amaba a Pattie? Entonces cuando llegase otra que le llenase mas el ojo ¿Le haría lo mismo? Comenzaba a conocerlo tal cual era, un estúpido poco hombre que no era capaz de ordenar sus sentimientos, fue una tonta con pensar que con ella sería diferente ¿en que pensaba? Obviamente era George Harrison de quien estaba hablando, ¡era un jodido Beatle! Más de una mataría en ese momento por estar en su maldito lugar.
En ese momento estampó su mano en la mejilla derecha de George, sin darle tiempo para decir algo cuando abandonó a toda prisa en camerino con los ojos hinchados, estaba que reventaba de coraje, lo único que quería era largarse de ahí.
Por su parte George se quedó mudo de la impresión, ¿Qué diría algo malo? ¿Lucy andaría en sus días? Salió como alma que llevaba el diablo del camerino sin darle chance a decirle ni media palabra ¡quien entendía a la mujeres1 primero le daba entrada y luego lo cacheteaba; si de una cosa estaba seguro es que eso no se quedaría así, tiempo para seguirla no tenía pero en el hotel hablarían largo y tendido sobre el asunto, tenía que explicarle como conoció a Pattie a ver si así le hacía entrar en razón.
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Paul se regresó al hotel la noche anterior no durmió nada y tenía bastante sueño, las tres hora que Brian les dio libres pensaba ocuparlas en dormir aunque bueno no todo era miel sobre hojuela apenas salió de la televisora una turba de fans lo atrapó, firmó algunos discos, dio unos cuantos besos y se tomó una que otra foto poniendo miles de poses en su mayoría las chicas le pedían que les mirase como ‘’enamorado’’ el lo hacía prácticamente porque le resultaba divertido y bueno, los fans eran los fans, prácticamente eran sus clientes favoritos.
Llegó al hotel pidiendo la llave de su habitación, pero apenas caminaba se encontró con su cara de ángel o sea la chica que lo dejó como loco el viernes. Se acordó que durante la noche le dejó el pie molido así que consideró eso un buen pretexto para arrimarse, servía que podían coquetear un poco y…a ver que más pasaba.
-Hola.-Paul saludó tímidamente, Dominique que estaba algo entretenida observando una copia de la Gioconda se giró sobresaltada. Hecho que causó la risa de McCartney y la de ella también.-Perdón, no quise asustarte ¿Cómo siguió tu pie?
Dominique volvió a reír, no se imaginó que en realidad si estuviese preocupado.
-Va bien.-Paul agachó su cabeza para mirar el pie desnudo de Dominique.-La hinchazón ya pasó, así que no hay ya motivos para preocuparse.
-Lo siento mucho.-Paul se rascó la cabeza, en realidad solo de recordar el momento le daba vergüenza, en realidad nunca supo porque demonios le pisó siendo tan buen bailarín.-¿Sabes? Casi o bueno nunca me pasan estas cosas, me siento un tonto es en serio.
-Ya te dije que no es necesario que te preocupes.-Dominique colocó una mano en su hombro para tratar de serenarlo, se notaba que estaba demasiado acongojado por algo que no tenía importancia para ella.-¿Y tu?  Mucho trabajo.
Dominique esbozó una sonrisa, eso para Paul fue estar en el cielo, jamás le había tocado verla sonreír bueno en realidad jamás la conoció hasta el viernes pero ya lo tenía decidido: Dominique Halsey tendría que ser definitivamente la madre de sus hijos.
Que ridículo él que siempre se burló de las personas que decían haber encontrado el amor a primera vez, ahora era uno de ellos estaba enamorado hasta la medula de Dominique Halsey, aun no comprendía que es lo que esa chica le dio pero de una cosa estaba seguro: no iba a ceder hasta convertirla en su esposa, al menos esos eran sus planes solo le faltaba que la chica lo aceptase y listo problema resuelto.
-¿Paul?-Paul salió de su embobamiento sacudiendo fuertemente la cabeza.-Parece que estás en las nubes no.
-No.-Paul bostezó y estiró los brazos, sinceramente se moría de sueño.-Es que tengo sueño, anoche no dormí nada, George no deja con sus ronquidos.
Dominique arrugó el entrecejo, lo mejor sería dejarlo seguir su camino si se veía muy cansado el pobre.
-Mejor te dejo seguir.-Dominique se hizo a un lado para abrirle el paso.-Te ves demasiado cansado.
-Sí.-Otro bostezo volvió a Paul.-Eso creo, nos vemos luego Dommy.
Dominique se dio la media vuelta rápido, Paul también se dio cuenta de su metida de pata.
-Vaya que te familiarizas rápido.-Paul respiró más tranquilo, de momento, pensó que se enojaría.-Pero está bien, de todas maneras Dommy es mi nombre corto.
-Puedes llamarme Paulie si te conviene.
-No Paul suena mejor, de todos modos gracias por la oferta. Bueno pues adiós.
-Adiós.
Paul se despidió de Dommy con un beso en la mejilla, beso que le supo a gloria, entre tanto Dominique se quedó en la recepción, esperando a Lucy a quien había visto salir de la habitación hacia ya buen rato y sospechaba ligeramente a donde estaba.




domingo, 8 de septiembre de 2013

Amor a primera vista, Fiestas privadas, Reencuentros incómodos.

Al fin el día menos esperado por Dominique llegaba, esa tarde, ella y las muchachas fueron a un centro comercial necesitaban abastecerse de ropa nueva para ir a ese maldito programa. Ella fue a comprar solo porque quiso un par de cinturones celeste para que hiciesen conjunto con unos vestidos que había comprado hacía unas semanas en Liverpool.
A parte también porque creyó que su guardarropa necesitaba algunos cambios, desde hacía tiempo usaba la misma ropa y la verdad eso aburría.
Al llegar al hotel lo primero que hicieron fue meterse a bañar, eso sí por turnos, mientras las demás se maquillaban y peinaban ella se metió a la tina no sin antes checar que el agua estuviese en su punto perfecto, o sea ni muy caliente pero tampoco muy fría, digamos que tibia estaba bien. Una vez que logró su cometido se dejó relajar por la tina con hidromasaje.
Duró unos quince minutos dentro de la tina, salió cuando su piel comenzaba a cuartearse por el agua, se enrolló en una toalla color rosa pálido. Al salir se encontró con todo un panorama de colores. 
Pero quien más le impresionó fue Lucy que en su opinión personal iba un poco provocadora enfundada en ese vestido a cuadros negro con rosa sin mangas, que llegaba poco arriba de la rodilla medias de red, un sombrero a modo de adorno y botas color rosa con tacón del numero 12.
-¡Wow Lu! ¿A quien piensas impresionar?
Lucy que estaba entretenida con su maquillaje volteó a verla dirigiéndole una mirada del tipo ‘’no es obvio’’ fue entonces cuando Dominique cayó en la cuenta, A Lucy poco le importaba el que Troy, su novio estuviese en el programa, ambas sabían el objetivo de Lucy: George Harrison. Pero la pregunta era ¿George también seguiría interesado en ella?
Era más que evidente que a su amiga el beatle le llamaba muchísimo la atención, solo que tenía miedo por Lu. Cada que se ponía a pensar en Pattie Boyd no podía evitar sentir escalofríos, una mujer despechada era peligrosa mucho más si estaba en el mundo del espectáculo, ni ella ni Lu pertenecían a ese mundo y lo más probable era que allí lejos de salir perdiendo Pattie, saliese perdiendo Lucy.
Katy la apuró a vestirse sacando del closet un vestido amarillo con pedrería café, no era tan revelador como el de las demás. 
Pero Dommy no era de las que les gustase enseñar más de lo debido.
Lucy le prestó para combinarlo unos zapatos de tacón amarillos.
-¡Te ves genial Dommy!-Exclamó Lucy al tiempo que le hacía dar unas cuantas vueltas.
Dominique misma se lo creyó, jamás había usado ese tipo de ropa, solo lo compró por opinión de Lucy quien para ser franca de las cuatro era a quien consideraba su más mejor amiga. Por voto oficial todas acordaron que llevase el cabello suelto, para ser específica en rulos y recogido de la parte de arriba.
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Las chicas comenzaban a llenar las butacas del foro catorce del canal RNV de gales, sin embargo The Beatles estaban en los camerinos, haciendo de las suyas. El conductor del programa Riley Calley les llevó a una gitana española para que los entretuviese un poco adivinándoles el futuro.
John al principio creyó que eran boberías, nunca fue muy creyente de esas artes de ver el futuro pero solamente bastaba con escuchar a esa mujer; y la carne se le ponía de gallina.
Le garantizó que encontraría a Cynthia pero que dependía de él que la relación volviese a funcionar, pues bien en ese momento estaba creyéndole todo lo que decía, a Ringo le prometió algunas cosas, aunque también vio sufrimiento en su futuro, pero le alentó diciendo que sería recomenzado cuando encontrase el amor. George fue el difícil relaciones tormentosas, también iba a sufrir a causa de chicas, varios obstáculos,  pero sería feliz, solo quedaba Paul.
La mujer aun tenía la palma izquierda de Paul entre sus manos. ¡Pero que futuro tan más difícil! Nunca se había encontrado uno así de parecido,
-¿Y bien?-El beatle se estaba desesperando, faltaban diez minutos para salir al aire y la gitana no se atrevía a hablar.- ¿Mi futuro está vacío o que?
La gitana desvió su vista de la mano de Paul lanzándole una mirada acusadora que sirvió para que el beatle se hiciera pequeño en su lugar, después volvió a lo suyo.
-Eres brillante.-Paul respiró cuando comenzó a hablar.-Todo un genio para el arte de la música sin embargo en cuanto a lo demás veo tu futuro algo incierto.-La mujer meneaba de aquí para allá la mano de Paul.-Amor, la vas a conocer justo esta noche.
Paul alzó la mano que le quedaba libre con un ¡Sí! al tiempo que los demás le hacían bulla.
-Será bastante difícil conquistarla, pero no te des por vencido, recuerda que quien persevera alcanza, y obtendrás lo que quieres, pero teniendo paciencia.
Paul se conformó con eso, al fin el llamado para salir a cantar se dio, los muchachos salieron del camerino tomando cada uno sus chaquetas.
Al entrar al escenario fueron recibidos entre gritos y aplausos, El foro estaba lleno de fans enloquecidas que gritaban, lloraban, se agarraban de los cabellos en fin era toda una locura…locura que a ellos les gustaba.
Comenzó la música y con ella los gritos se hicieron más potentes, Mientras John cantaba Twist and South,  él y George le hacían el coro. Paul paseaba su mirada por entre las chicas. Se encontró con las mismas muchachas del tren, sin embargo sus ojos se posaron en una.
Sí a su mente llegó aquella loca que salió corriendo del compartimiento, sin dejar de cantar la observó detenidamente haciendo como que a su vez observaba a las demás.
Era un ángel, rubia, cuerpo perfecto, facciones lindas, toda ella era perfecta. La gitana tenía razón, el escribía y cantaba canciones de amor, pero jamás conoció lo que era sentirlo hasta ese momento.
Su corazón estaba latiendo con mucha, mucha fuerza ¿a caso así se estaba cuando uno se enamoraba? Al fin conocía lo que era sentir ‘’mariposas en el estómago’’.
Siguió cantando no podía permitirse mucho menos en ese momento que la emoción le invadiera, la canción terminó y comenzó Please Please me, luego de esa i want to hold your hand, y varias más hasta que terminó el numero.
George por su parte también reconoció a Lucy entre tantas muchachas, vaya que se veía atractiva en ese modelo tan…corto a su opinión personal, sin embargo no iba sola. Estaba tomada de la mano de un sujeto bien parecido pero con cara de idiota, ese debía ser el supuesto novio.
Nada que significase problema el chico se veía algo estúpido, sangrón, estaba seguro que a Lucy no le agradaban así. Solo tenía que hablar con ella. Agradeció el hecho de que Pattie no fuese a ese tour, eso le hacía las cosas mucho más fáciles todavía.
Sin Pattie de por medio no había novia de la cual cuidarse. Pero si novio al cual ahuyentar.
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El programa terminó rápido para alivio de los muchachos,  sin embargo Paul quería volver a ver a la rubia que lo volvió loco, no iba a parar hasta saber cómo se llamaba, de donde venía y en donde vivía. Estando tumbado en la cama de su habitación, mantenía la mirada fija al techo, ¿Tendría novio? Pues obviamente que sí dudaba sinceramente que alguien tan linda como ella estuviese sola, ¿pero que tal si era soltera? Pues mucho mejor, al menos eso le daba posibilidades para darse a la conquista de la chica, sin ningún galán de por medio.
Pero su momento de meditación se interrumpió cuando entraron a su habitación John, George y Ringo. Lo descubrieron en la misma posición mientras se abrazaba de su guitarra.
-¿Pensando en una carita de ángel con cabellos rubios Paulie?
Paul hizo una mueca despectiva, ese Lennon nada se le pasaba.
-¿Lo notaste?-Cuestionó incorporándose en su cama poniendo la almohada en el respaldo para estar mas cómodo.
-¡Por supuesto que sí!-John se sentó a lado de Paul.-Era evidente. Aunque a decir verdad dudo mucho que le gustemos dado a que siempre la vi sentada con cara de pocos amigos. Después se giró hacia George, quien estaba recargado en el closet con una cara que parecía que le estaban jalando allá.- ¿Y tú que?
George seguía en silencio, por estar pensando en Lucy no escuchó a John. Todavía la veía dándole besos a ese inútil, apretó con fuerza los puños nada mas con recordar cómo se sonreían y besaban en sus narices le daba una rabia que sentía ganas de patear lo que estuviese a su alcance. Y lo hizo, desquitó su rabia dándole de puñetazos a la pared.
-¡Hey, hey, hey! ¿Qué tienes?-Ringo le alcanzó a detener el puño antes de que volviese a azotarlo contra la pared.
George se calmó un poco, se resbaló poco a poco hasta quedar sentado en el piso con la cabeza hundida en las manos.
-Tiene novio la muy perra.
Paul y Ringo se miraron completamente extrañados, no sabían de quien estaba hablando George, John dejó de extrañarse, él al menos si supo rápidamente de que hablaba su amigo.
-¿Hablas de la pelirroja que te cogiste en el tren verdad?
-Esa justamente.-Gruñó Harrison.-¡Me resulta increíble! ¿Cómo puede ella estar con un tipo tan estúpido?
-Pues no es ni tan estúpido ya que pudo echársela al bolso.
Ringo habló tranquilamente sin saber que sus palabras no hacían otra cosa que hacer rabiar a George.
-¿En serio te gustó la chica George?-Paul se puso en pie buscando su saco, esa noche tenían fiesta privada en el bar del hotel.
-No…si, ¡Ni yo lo sé!-George se agarraba los cabellos haciéndolos para atrás.-Es tan desesperante, digo no había sentido algo parecido desde que conocí a Pattie, solo quiero volverla a ver, no porque esté enamorado pero ella es divertida.
-¡Ya vale!-Paul puso a George de pie encaminándolo hasta su peinador al tiempo que empezaba a cepillarle el cabello el cual ya estaba algo revuelto.-Pues mientras son peras o son manzanas nosotros nos vamos al bar, creo que esta noche no dormimos chicos.
Los George y Ringo se echaron a reír, John recordando que estaba en abstinencia caminó rumbo a la puerta, no tenía muchas ganas de enfiestarse ni nada de eso, él prefería quedarse solo.
-¿Y tú a donde crees que vas Lennon?
Paul le bloqueó el paso, John quiso tomar atajos, los mismos que McCartney le impidió.
-Pues a mi cuarto Paul.
-Ah nada de eso, tú vienes con nosotros.
Paul lo empujaba hacia la salida, pero John se detenía del peinador.
-Anda John-Esta vez fue Ringo quien trató de convencerlo.- No porque Cyn esté perdida tú vas a dejar de vivir ¿o sí?
John comenzó a meditar, si, las palabras de Ringo le llegaron, a parte tenía meses sin asistir a una fiesta y la verdad pues ¿Qué malo podría hacer? Si tomaba con precaución y se abstenía de hacer tonterías bien podría pasar un rato agradable.
-¿Entonces que Lennon?-Preguntó George sentado en la orilla del peinador.
John resopló, con esos nadie podía.
-Está bien, solo voy por mi saco…
-Aquí está su saco señor Lennon.-Paul se ponía el saco de John en el cuello utilizándolo como si fuese una toalla.
John se aproximó a Paul arrebatándole el saco.
-Bueno.- George se dio la última asentada en el cabello.-Pues bajemos no.
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Entre tanto la noche era demasiado joven aun, Lucy fue la única que se había percatado de las miradas que Paul le dirigía a Dominique, pero como ella estaba tan de mal humor ni siquiera se dio cuenta que el Beatle no paró de observarla, otro que también sintió que la miraba fue George, pero su mirada no era tan tierna como la de Paul sino estaba cargada de coraje, bien podía sentir sus ojos atravesarla; pero claro estaba que a ella le encantó provocarlo besándose con Troy justo en las narices del enfurecido Beatle.
Las muchachas planeaban ir a algún centro nocturno para divertirse y pasar el rato, solo estaban esperando a Troy quien dijo de último momento que iría al aeropuerto por unos amigos, ellas estaban en el living del hotel, mientras Lucy se entretenía con unas revistas, Dominique se limaba las uñas y ponía en ellas esmalte cristalino, solo para que no se viesen tan resecas, últimamente había olvidado colocar en ellas aloe con miel.
Pasaron cuarenta minutos y medio, Lucy ya comenzaba a desesperarse y quería divertirse por su cuenta, recordó que en el bar del hotel se estaba dando una fiesta privada.
-Como que Troy ya se tardó demasiado no Lu.-Dominique estaba por lo visto ya muy enfadada, ella también lo estaba.-¿No crees que sería mejor dejarlo para mañana?
-¡Dommy no empieces si!-Lucy puso cara de cordero degollado.-Mira, tu padre creo que también es socio del hotel no, me enteré que en el bar hay fiesta ¿Por qué no nos llevas?
Katy y Rita también estaban rogándole a Dominique para que cediera, ella no podía negarse, solo estarían en Gales hasta el domingo así que lo mejor era disfrutar del fin de semana ya que tendrían que volver el Lunes a primera hora.
Ella tenía que ir a su trabajo y las chicas a sus casas, por lo que la idea de la fiesta en el bar no era mala del todo. Les guiñió el ojo indicándole que las siguieran, al bajar se encontraron con una enorme fila de gente, todos ellos socios distinguidos del hotel.
Dominique las arrastró hasta donde estaban los cadeneros.
-Buenas noches.-Debido al ruido que provenía de adentro era imposible conversar como la gente civilizada, a ese punto tuvo que usar los gritos.
-¿Tiene su tarjeta club?
-Sí. Pero vengo con ellas.-Señaló con su dedo pulgar a Lucy, Rita y Katy.
No hubo problemas, les dejaron entrar así de fácil. Un mesero se aproximó a ellas guiándolas  por un pasillo apenas iluminado con velas, doblaron otros dos hasta llegar a una fiesta un tanto más privada incluso mucho más que la otra, era gente con la que los hijos de padres como los de Dominique y Lucy se relacionaban.
Rita y Katy estaban emocionadas, nunca les tocó ir a una fiesta de ese tipo, el ambiente era bueno y bueno el lugar también era muy bonito a decir verdad. Les dieron una mesa en el segundo piso, con solamente dos sillones con color rojo alrededor de esta.
-¿Y bien?-El mesero, que para gusto de Katy estaba guapísimo le cerró un ojo coquetamente, ella solo se puso roja, no halló que hacer.-¿Qué piensan ordenar?
-Vodka.
Dommy miró a Lucy espantada, Lucy Style sabía perfectamente bien que su organismo no pasaba muy bien del todo el vodka, ella era de vinos un tanto más ligeros como el brandy o el cognac.
-Lu no.
-¡Vamos Dommy vive por primera vez en tu vida! Una botella de Vodka está bien.
En lo que esperaban su pedido, Lucy miró hacia la puerta, justo en ese momento John, Paul, George y Ringo acababan de arribar al lugar.
-Mira ligeramente hacia la entrada.-Le susurró a Dommy.-Y no trates de escapar, esta vez ya no tienes suerte querida.
Dominique obedeció y sí, ahí estaban los Beatles, dirigiéndose hacia donde estaban ellas, de momento Dominique sintió que el corazón se le saldría por la boca; ya que a cada que miraba con el rabillo del ojo ellos se acercaban mas y mas a ellas.
-Buenas noches señoritas.-John imitó la voz de una mesera.-¿Tienen lugar para cuatro?
-Bueno, nosotras somos cuatro, y ustedes tienen igual cantidad por nosotras no hay problema.-Lucy contestó la pregunta de John.
-Bueno Paulie.-John palmeó la espalda de Paul.-Creo que ya no tendremos que compartir.
Dominique escondió la cara entre las manos, la idea no le agradaba del todo, pero en fin, total solo sería la pareja de ese insoportable por una noche. ¿Qué más daba?
Estuvieron sentadas casi toda la noche, solamente riéndose con los chistes de Lennon, Dominique tuvo que reconocer que John tenía algo de comediante porque eso de contar chistes se le daba bien. La música de jazz cambió por una melodía romántica de Elvis.
-Bueno.-John se levantó de su asiento ofreciendo su brazo a Katy.-Creo que ya viene siendo tiempo para que movamos los pies un poquito no.
Se dirigió especialmente a Paul cerrándole un ojo a modo de complicidad, Paul ofreció su brazo a Dominique, quien después de todo ya sentía las piernas entumidas y estaba un poco mareada, pensó que el bailar un poco le haría bien.  Ringo sacó a Rita y en cuestión de minutos ya se encontraban los seis en la pista.
Solo se quedaron en la mesa George y Lucy, quien ya no pudo seguir soportando las miradas penetrantes de George, seguía enojado eso era más que obvio. Quiso ponerse de pie para alegarse, pero él se lo impidió sentándola en sus piernas.
-¿Tú a donde crees que vas?
George le apretó los brazos, Lucy estaba nerviosa, no quería que le viesen con él mucho menos en esa situación.
-Suéltame.
-¿Y si no quiero?
George apretó mas fuerte haciéndola gemir, pero a lo que fue.
-¿No me digas que ese idiota es tu novio?-Luego se echó a reír, su risa sonó algo seductora, Lucy por su parte se ponía más nerviosa.- En serio Lu, creí que tenías algo mucho más mejor ¿Eso fue todo lo que pudiste conseguir?
Lucy se zafó de George lo primero que hizo fue darle una bofetada, pero con lo que no contaba es que George era algo violento por naturaleza. Disimuladamente fue alzando su mano hasta llegar a su cabeza, ahí tomó con fuerza su cabello haciendo su cabeza hacia atrás.
-¡Ay!
Lucy puso sus manos encima de las de George enterrando sus uñas en ellas, pero mientras más enterraba las uñas, a George se le veían pocas ganas de soltarla.
-Solo diré esto una sola vez Lucy Stanley, eres mía, no pienso compartirte con nadie ¿Has entendido?
-Yo no soy tuya.-Lucy seguía intentando quitarse las manos de George de su cabello, en serio que dolía.-Y puedo hacer con mi vida lo que yo quiera sin pedirte permiso.
-Pues pobre de ti, eso hubieras pensado antes de abrirme las piernas en el tren, aunque también tengo la culpa por no hacerte saber mis reglas querida.
-Nadie me impone reglas.-Lucy miró a George desafiante, eso era el colmo, ser la sumisa de George Harrison.
-Estás hospedada en el mismo hotel que yo cariño.-George le soltó el cabello al momento en que metía una de sus manos por debajo de su vestido y acariciaba su parte íntima.-Quiero verte mañana en la habitación 501 a las ocho de la noche.
-¿Y que si no voy?
-Mmhh, pues tu novio se va a enterar de lo que pasó entre tu y yo en el vagón, de paso aumentaré diciendo que ya nos habíamos visto algunas veces. ¿Crees que con eso sea suficiente para que Troy se aleje de ti?
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La canción de Elvis terminó, cediendo paso a una del sencillo más reciente de The Beatles ‘’All my loving’’. Paul bailaba lo mejor que podía, no era difícil seguirle el paso a Dominique que a juzgar por cómo se movía era buena bailarina.
Miró a John, había dejado de bailar, ahora estaba subiendo las escaleras de la mano de Katy. Ringo y él fueron los que se quedaron en la pista, solo que de ver bailar a Ringo no podía evitar soltar la carcajada, Ringo no bailaba más bien parecía que boxeaba lo bueno era que Rita no se avergonzaba, le seguía el juego y hasta divertida se veía. Bueno quizá porque era Ringo Starr, pero si hubiese sido un muchacho cualquiera pues quien sabe.
Paul siguió a lo suyo con Dominique, cada vez la chica le gustaba más, ni siquiera Jane a quien empezaba a conocer le había gustado tanto como aquella que aunque se veía un poco seria, pues no le quitaba lo linda.
-¡Auch!-Dominique dejó de bailar tomándose el tobillo para sobarse el pie dado a que Paul le pisó.
Paul se preocupó, dejó de bailar y la llevó a la primer silla que encontró vacía, le desabrochó el zapato, tragó saliva semejante pisotón le había hinchado el pie.
No era tan bruto, sabía de primeros auxilios, se quitó la corbata vendando su pie como si se tratase de una venda.

-Awww.-Lejos de ahí una pelirroja que estaba bastante atenta, fisgoneaba junto con otras tantas.-¡Que envidia no! ¿Quién fuera ella para que Paul me vendara el pie?
-Te apoyo Sandy, esa debe tener mucha suerte aunque con esa cara de amargada pobre tonta, no sabe lo que se está perdiendo, si yo fuera ella aprovecharía y lo besaría ya.
Otra de las que estaba en la misma mesa se colocó unos anteojos, recordó el comentario de su amiga y le volteó lentamente la cara hacia la pista, se le volvió realidad su pedido.
-¡Maldita suertuda!-Exclamó dando un golpe a la mesa.-Definitivamente debe ser bastante bonita. No alcanzo a verla desde aquí pero, para salir con Paul debe estarlo ¿no?
De vuelta a la pista, Dominique separó a Paul de ella, de momento sintió unas ganas enormes de agarrarlo a cachetazos, recordó después todo lo que hizo por ella, desde que le pisó el pie y francamente el muchacho no se merecía eso.
Por esa vez prefirió pasar por alto las cosas y no decir nada, solamente se limitó a sonreírle, darle las gracias y pedirle que la llevase a la mesa.
-¿Oye no crees que será mejor que te lleve a tu hotel?
Paul pensó que seguir en la fiesta ya no sería divertido para ella. Dominique se quedó pensando, si quizás el Beatle tenía razón y lo mejor era volver a su habitación.
-Me hospedo aquí, habitación 745 en la cuarta planta.
-¿Te llevo?
-por favor.
Paul volvió a tomar a Dominique en brazos, para sacarla de la fiesta, Dominique le dijo el piso y el número de habitación; al entrar se encontraron a George y Lucy en una situación algo comprometedora, no supieron en que momento desaparecieron de la fiesta; solamente sabían que los chicos estaban tapándose todo lo que podían con las sábanas